La revolución en el sector olivícola de Extremadura aumenta su importancia económica

El sector extremeño está experimentando una importante transformación con la expansión de los cultivos intensivos de olivo.

Cultivo intensivo de olivos, Badajoz, España.
Por Rosa Gonzalez-Lamas
11 de diciembre de 2018 11:15 UTC
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Cultivo intensivo de olivos, Badajoz, España.

Distinciones nacionales y globales a la calidad de sus aceites de oliva, cambios en su envase e imagen, nuevos enfoques en el cultivo y elaboración del olivo, y una mayor presencia del producto en los mercados internacionales son algunos ingredientes de la transformación del sector oleícola extremeño, un cambio que está contribuyendo a que el aceite de oliva se convierta en un producto más relevante en la economía de esta comunidad española.

La metamorfosis deriva de un crecimiento continuo fruto de la agricultura intensiva del olivar. Esto ha contribuido a ampliar la superficie cultivada hasta el punto de que las aceitunas son ahora el cultivo más importante de Extremadura.

Intensivo y cultivo de aceitunas superintensivo ofrece ventajas que han contribuido a su proliferación en Extremadura en los últimos años. Los métodos intensivos y superintensivos facilitan la mecanización, facilitan la gestión y ahorran costes. Su riego otorga estabilidad a los cultivos. Los costos de cosecha reducidos conducen a un esfuerzo más rentable en medio de una demanda global creciente y una producción reducida en algunas otras áreas de cultivo de olivos.

La revolución del sector olivarero de Extremadura está liderada por Badajoz, el principal productor de aceite de oliva de España fuera de Andalucía. Badajoz representa el 88.6 por ciento de la producción olivarera extremeña, el 3.5 por ciento de la producción española y el 1.7 por ciento de la producción mundial.

Entre 2006 y 2017 la superficie del olivar de Badajoz creció casi un 25 por ciento. Aunque las arboledas tradicionales todavía representan alrededor del 80 por ciento de la superficie total de la región, las arboledas de riego intensivo están creciendo a un ritmo más rápido del 67.5 por ciento frente al 9 por ciento de las plantaciones tradicionales.

Badajoz y Cáceres son las principales provincias productoras de aceite de oliva de Extremadura, que en la campaña 2017/18 recogieron un total de 73,000 toneladas de aceitunas, una cifra que se prevé que alcance las 100,000 en breve. Este incremento ha repercutido en las almazaras, que están adaptando sus instalaciones para manejar una mayor producción con mayor calidad y apostando también por el turismo olivarero. Las marcas de aceite de oliva de marca privada también crecieron significativamente en la región.

Extremadura tiene varias autorizadas variedades de aceituna para aceite de oliva y aceitunas de mesa, incluyendo Manzanilla de Sevilla, Cornicabra, Picual, Morisca, Cornezuelo y Verdial de Badajoz.

Manzanilla Cacereña es la estrella del olivo de la región y fue responsable de ayudar a promover las marcas extremeñas a nivel internacional. Algunos proyectos están revitalizando variedades raras como Azulejo o Pico Limón, cultivadas en árboles centenarios.

Gata-Hurdes y Aceite Monterrubio son los dos DOP de la comunidad para el aceite de oliva y son promovidos por Alimentos de Extremadura, el organismo de promoción de la comunidad para su designaciones geográficas. Ambos producen aceites sobresalientes con aromas frutales.

Gata-Hurdes protege el AOVE obtenido exclusivamente de aceitunas de la variedad Manzanilla Cacereña cosechadas a mano.

Los olivares de Monterrubio son más jóvenes pero producen un aceite de oliva de muy alta calidad de las variedades Cornezuelo, Picual o Jabata. Solo los AOVE con una acidez inferior al 1 por ciento están certificados.

La mejora de la calidad de los aceites de oliva ha sido un complemento clave de los métodos de cultivo intensivo en la transformación del sector oleícola extremeño. Una diferencia importante ha sido que las aceitunas ahora se cosechan antes con el objetivo de obtener más aceites afrutados y aromáticos con una vida útil más larga, incluso si esto podría reducir significativamente los rendimientos.

Esta calidad ha sido reconocida localmente, donde más aceites están calificados como extra virgen, e internacionalmente en competiciones que incluyen NYIOOC World Olive Oil Competition. Algunas compañías ya están exportando aceites a mercados internacionales como Italia o Estados Unidos.

La innovación también está a la vanguardia de la industria. Un ejemplo es Ecolibor, una empresa de Cáceres que produce un aceite de oliva con niveles fenólicos inusualmente altos, que se atribuye principalmente al terruño extremeño.

Se espera que en los próximos años se planten aproximadamente nuevas hectáreas de olivar 20,000 y parece que las plantaciones intensivas y súper intensivas liderarán el camino futuro del sector del aceite de oliva en Extremadura, ofreciendo opciones de precios competitivos para cultivos más profesionales, a la vez que representan Otro desafío para los olivares tradicionales con mayores costos de producción.



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