`Mucho ruido y pocas nueces Olive Oil Times

Mucho ruido y pocas nueces

Por Nieves Ortega
4 de marzo de 2013 08:54 UTC

En los últimos tres años, con la crisis económica que afecta a los principales actores de este sector, los gobiernos regionales y estatales han seguido lanzando al viento varios planes para encontrar el salvador que necesitan los productores, las fábricas y las cooperativas.

Andalucía presentó dentro de un año varios planes, entre ellos El Plan Director del Olivar y el Plan Estratégico para la Mejora de la Calidad, sin olvidar los planes propuestos por el Comisario Europeo Cioloş y el propio Ministerio de Agricultura.

Muchos planes, con la rapidez con la que los gobiernos actúan con su desarrollo e implementación, al final, quedan obsoletos con el tiempo. En concreto, me refiero al Plan Director del Olivar que se puso en marcha el pasado otoño y no fue hasta finales de febrero de 2013 cuando conocí por primera vez al grupo técnico (grupo de trabajo) para iniciar los primeros contactos.

La ley del Olivar, uno de los proyectos que muchos oleicultores andaluces han esperado, al final, pretende ser un fraude y una decepción más para el sector.

Y si vamos más allá en el tiempo, de regreso al verano de 2012, cuando el Comisionado viajó a España y conoció la realidad de nuestro olivar, teníamos otro plan: Plan Ciolos. Eso parecía ser la salvación para muchos de los problemas del aceite de oliva, y los primeros resultados de eso serán si todo va bien, Prohibir el uso de engrasadores recargables en el 2014.

No está mal adoptar estas medidas, ya que son muy necesarias para mejorar y preservar la calidad del AOVE, pero hay otros problemas más importantes que afectan la rentabilidad de la agricultura y la comercialización de aceites de oliva que necesitan soluciones y acciones con urgencia y rapidez.

Y finalmente, tenemos el Plan Estratégico de Mejora de la Calidad de los Aceites de Oliva, un documento integral que recoge todas y cada una de las problemáticas que afectan a la producción y comercialización, tanto en el ámbito nacional como en el exterior.

Conocemos los problemas, pero encontrar y adoptar soluciones no será fácil, y hacer felices a todos es una tarea difícil cuando los intereses no siempre son consistentes.

Ojalá nuestros políticos piensen en estas cuestiones, porque a veces no se necesitan tantos planes, pero sí un poco más de agilidad en la toma de decisiones.

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