Si bien la investigación ha demostrado que el consumo de aceite de oliva protege de diversas enfermedades crónicas, un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard ha encontrado una asociación positiva entre las grasas buenas y los resultados positivos en mujeres que se someten a fertilización in vitro (FIV).
La ingesta de grasas en la dieta se ha asociado anteriormente con la salud reproductiva, por ejemplo, una ingesta alta de grasas trans se ha asociado con la infertilidad ovulatoria y el aborto espontáneo, mientras que las grasas saturadas se han relacionado con concentraciones de esperma más bajas. Pero hay poca información sobre el efecto de las grasas alimentarias durante el tratamiento de fertilidad.
Este estudio investigó el efecto de la grasa en la dieta en mujeres con FIV. El estudio fue presentado esta semana en la reunión anual de ESHRE (Sociedad Europea de Reproducción y Embriología Humana) por el Dr. Jorge Chavarro, Profesor Asistente de Nutrición y Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Los investigadores investigaron la ingesta de grasas totales pero también de grasas saturadas, grasas poliinsaturadas, grasas monoinsaturadas, así como grasas omega-6, omega-3 y grasas trans. Los resultados del análisis mostraron que una mayor ingesta de grasas monoinsaturadas, la principal grasa que se encuentra en el aceite de oliva, se relacionó con una mayor probabilidad de nacidos vivos. Las probabilidades de un nacimiento vivo después de la transferencia de embriones fueron 3.45 veces más altas para las mujeres que tenían la mayor ingesta de grasas monoinsaturadas en comparación con las que tenían la menor ingesta.
Las mujeres con una mayor ingesta de grasa total recuperaron menos ovocitos en metafase II (MII) (solo se pueden usar ovocitos MII para la FIV) que las mujeres con ingestas más bajas, esta asociación parece estar impulsada por la ingesta de grasas saturadas, según el profesor Chavarro. Las grasas poliinsaturadas también tuvieron un efecto negativo. Las mujeres que consumían la mayor cantidad de grasas poliinsaturadas tenían una mayor proporción de embriones de mala calidad.
El profesor Chavarro señaló que es importante que los resultados se repitan en otros estudios antes de hacer recomendaciones sólidas sobre el consumo de grasas a las mujeres que reciben tratamiento de infertilidad. Sin embargo, el aceite de oliva, una de las mejores fuentes de grasas monoinsaturadas, ha demostrado ser beneficioso en general y se recomienda a cualquier persona, incluida la mujer sometida a FIV, que incluya el aceite de oliva en su dieta.
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